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¿Y qué?

¿Cual es tu primera reacción a los problemas y dolor de otras personas?

Cuando vemos o escuchamos las dificultades en la vida de otras personas normalmente sentimos un poquito de pena por ellos.  Por un segundo o dos, nuestros corazones son tocados por sus problemas y dolores.  Pero tristemente, muy a menudo es hasta ahí donde nos detenemos.

Como creyentes en Cristo Jesús, tenemos la oportunidad de involucrarnos en nuestro papel de ayudadores en la vida de aquellos que están pasando por momentos difíciles.  Y una de las maneras en que podemos ayudar es a través de la oración.

Tenemos el ejemplo en la vida de Pablo.  Después de un horrible naufragio, Pablo y sus compañeros de viaje se vieron arrojados a la orilla de la isla de Malta. El gobernador oficial de la isla recibió y cuidó de los sobrevivientes.

Mientras que Pablo estaba todavía en la casa de éste hombre, recuperándose del trauma que recibió en el mar, Pablo se enteró que el papa del oficial de la isla estaba muy enfermo.  La respuesta de Pablo fue más que pena o un pequeño momento de compasión.

“Pablo entró a verlo y, después de orar, le impuso las manos y lo sanó...” – Hechos 28:8

El Señor contestó la oración de Pablo y el hombre fue sano.  Como resultado de la sanidad de éste hombre, un gran testimonio de Cristo fue levantado en ésa comunidad.  En la presencia del dolor humano, Pablo aprovechó la oportunidad para ministrar con oración.  Sus oraciones hicieron un gran impacto en la vida de éste hombre y para el avance del Reino de Dios.

La próxima vez que se te presente el problema y dolor de otras personas, toma tiempo para orar.   Talvez puedas orar con ésta persona, o talvez puedes ofrecer ayudarles orando por ellos.  No permitas que éstas oportunidades se desperdicien.  ¡Demuestra que te interesas a través de la oración!

Pastor Dale