¡“Está muy difícil, me doy por vencido!”
¿Cuantas veces ha oído estas palabras? ¿Cuando fue la última vez que usted las dijo?
Ya sea un estudiante teniendo problemas entendiendo una clase en su escuela, o un trabajador luchando con un proyecto que le asignaron, o dos personas teniendo conflictos con malos entendidos en su amistad, o una pareja de esposos que están frecuentemente peleando por lo mismo, cuando las cosas se ponen difíciles, la opción de darse por vencido es muy tentadora. Cuando el nivel de dificultad se eleva en cualquier área de nuestra vida, la tendencia natural es de darse por vencido. Es nuestra manera de “tirar la toalla.” Es el punto de “renunciar,” cuando ya no estamos dispuestos a seguir adelante.
Una parte de crecimiento interno y madurez, es el aumento de tolerancia a las dificultades. Con el tiempo, el punto de desafío que nos hace gritar “ya no más” debería de seguir subiendo. Si estamos creciendo espiritualmente, emocionalmente y en nuestras relaciones, lo que nos tentaba a darnos por vencido en los años anteriores no debería tentarnos ahora. Hoy deberíamos de ser mas resistentes, determinados, más pacientes y persistentes de lo que antes éramos. Nuestro nivel para “tirar la toalla” no debería ser el mismo.
Dios quiere ayudarnos a elevar nuestro nivel para “tirar la toalla.” Ésta es una de las razones por las que Él nos permite pasar por tribulaciones y problemas. Es una de las razones por las que Él nos pone en situaciones que nos retan. Enfrentando éstas cosas aumenta en nosotros nuestros músculos internos – fortaleza de carácter.
Cuando seguimos adelante en situaciones en las que es muy difícil, nuestras debilidades e intolerancia a los retos fuertes personales es cambiado con nuevos niveles de determinación, fe y compromiso. Aprendemos a ignorar los sentimientos que nos llevan a rendirnos. Profundizamos y seguimos adelante. Aprendemos que, perseverando a través de los tiempos difíciles transformará esos problemas en escalones que nos llevan a mejores cosas.
“Hermanos míos, considérense muy dichosos cuando tengan que enfrentarse con diversas pruebas, pues ya saben que la prueba de su fe produce constancia. Y la constancia debe llevar a feliz término la obra, para que sean perfectos e íntegros, sin que les falte nada.” – Santiago 1:2-4
¿Qué nivel de dolor te hace darte por vencido? ¿Que tanto aguantas cuando las dificultades llegan? ¿Cómo manejas las cosas que consideras difíciles o problemáticas?
¿Cual es tú numero para “rendirte” en una escala de 1-10, tiras la toalla en 2, 6, 8?
No permitas que tú propósito en Dios sea robado por un miserable ¡“tiro la toalla!”
Pastor Dale
Tweet