¿Cuando fue la última vez que usted dijo o hizo algo que hirió a alguien más?
Cuando nos damos cuenta que nuestras palabras o acciones han herido a otra persona, lo que más anhelamos es gracia y perdón. Esperamos recibir misericordia. Y qué maravilloso es cuando nuestros pecados, errores, debilidades en nuestro carácter, y falta de juicio son tratados con gracia y no con juicio. Es maravilloso cuando “el amor cubre multitud de pecados.”
Una de las grandes maravillas de Dios es Su capacidad y deseo de perdonarnos. En esos momentos cuando nos hemos equivocado grandemente o pecado miserablemente, sintiendo el golpe rudo de la culpabilidad y vergüenza, profundamente decepcionados de nuestras faltas, el corazón de Dios permanece abierto hacia nosotros. ¡En momentos comos estos, todo lo que tenemos que hacer es una oración para ser perdonados!
Escuche una de las muchas declaraciones del Salmista en cuando a la ternura de Dios y Su corazón perdonador hacia nosotros:
¡“Oh Señor, qué bueno y perdonador eres; qué gran amor tienes por todos los que te piden ayuda! – Salmos 86:5 (NBD)
El Apóstol Juan fue un hombre que comprendía la maravillosa gracia de Dios. Cuando él empezó a ser uno de los discípulos de Jesús su sobrenombre era “hijo del trueno,” de seguro en referencia a su personalidad tan intensa y volátil. Puedes estar seguro que Juan tuvo varias derrotas muy frustrantes en su caminar con Cristo. Pero en medio de todos sus pecados y fallas, él aprendió de la gracia y perdón de Dios. Llegando al final de su vida, él nos recuerda de lo que él aprendió:
“… Pero si confesamos a Dios nuestros pecados, él, que es fiel y justo, nos perdonará y nos limpiará de toda maldad.” – 1 Juan 1:9 (NBD)
¡Que gran verdad y qué promesa! Éste es un versículo que nos da esperanza y aliento cada día. Cuando me doy cuenta que le fallé a Dios, que lo defraude a Él, a mi mismo y a otros por mis pecados, yo me apoyo en la seguridad del gran perdón de Dios. ¡Y tú puedes hacerlo también!
¿Te has equivocado recientemente? Ve a Dios y pídele a Él que te perdone. Él lo hará gratuitamente. Y dicho sea de paso, ¡no te olvides demostrarle a Dios cuando valoras Su perdón de tus pecados siendo pronto para perdonar las faltas e imperfecciones de otros!
Pastor Dale
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