Hay momentos en el transcurso de nuestra vida cuando nos encontramos en situaciones que son muy difíciles de comprender y duras de enfrentar. Estamos perdidos – sin saber que hacer. En momentos como estos, nuestras habilidades, sabiduría, y recursos personales o experiencias, no son suficientes para llenar las necesidades que tenemos, responder a la amenaza que enfrentamos o para escoger el mejor camino para nuestra vida.
¿Qué hacemos en ocasiones como estas?
Aprenderemos una gran lección de como manejar situaciones como estas en una historia del Antiguo Testamento. Josafat, uno de los reyes de Judá, estaba enfrentando una situación muy difícil. Tres ejércitos enormes planearon atacar ésta pequeña nación. Josafat fue superado en número y en recursos por estos ejércitos. Todo, en ésta situación, indicaba un desastre seguro para Josafat y su pequeño país.
Pero Josafat tenia algo muy bueno de su parte. ¡Él conocía a Dios! ¡Aunque Judá era pequeño y débil, Dios es grande y fuerte! ¡Aunque un analisis natural de la amenaza indicaba una derrota segura, agregando a Dios a la ecuación definía victoria!
Veamos lo que Josafat hizo al enterarse de los ejércitos que se aproximaban:
“Los habitantes de todas las ciudades de Judá llegaron para pedir juntos la ayuda del Señor.” – 2 Crónicas 20:4
Lo primero que el rey hizo fue llamar una reunión de oración. Él sabia que Judá necesitaba la ayuda de Dios, y él no titubeó en pedirla.
Josafat concluyó su oración pidiendo ayuda a Dios con una declaración poderosa, importante y educacional:
“…No sabemos que hacer, pero nuestros ojos están puestos en Ti.”
En medio de la inseguridad, incertidumbre y consternación, el Rey Josafat tomo la decisión que hizo una gran diferencia en su situación. Él se enfocó en Dios. ¡Él quitó sus ojos del problema y los puso en el Único que tenia la solución!
Ésta es una gran lección para nosotros. Cuando estamos enfrentando algo que está debilitando tu fe, fuerza o habilidades, o amenazando tu destino, y no sabes que hacer, haz lo que Josafat hizo. Quita tus ojos del problema y enfócate en el Único que tiene la solución para tu problema.
¡Dios no defraudó al rey Josafat. El Señor le dio a Judá una victoria increíble y sobrenatural. Y cuando ponemos los ojos en Él, el Señor no nos defrauda tampoco!
Pastor Dale
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