¿Alguna vez se ha olvidado de algo que necesita recordar desesperadamente? Muchas veces metemos a otros y aun a nosotros mismo a problemas y dolores de cabeza, porque nos olvidamos de ciertas cosas que debimos haber recordado.
El apóstol Pablo, a menudo le recordaba a los creyentes, principios y fundamentos claves para la vida. Sabiendo que la tendencia humana es ha olvidar, en sus escritos inspirados por el Espíritu Santo, constantemente re enfoca nuestra atención en las verdades espirituales que no debemos olvidar.
Un ejemplo de esto, lo encontramos en el libro de los Hechos. Pablo, al estar compartiendo de su corazón con los lideres de la iglesia de Efesios, él les dio un recordatorio muy importante. Sus palabras son muy importantes para nosotros también:
“… Y recordar las palabras del Señor Jesús que dicen: ‘Hay más dicha en dar que en recibir.’” – Hechos 20:35 (NBD)
Pablo dijo, “No se olviden que el dar es una de las mejores cosas que podemos hacer. ¡Es el camino para ser verdaderamente feliz y bendecidos!”
Ésta es la clase de pensamientos que van en contra del pensamiento humano. La mayoría de las personas piensan en felicidad y bendición cuando están recibiendo algo. Entre más cosas tenemos, pensamos que estamos más bendecidos.
¡No es cierto! Dios dijo que es todo lo contrario. ¡La personas más felices y bendecidas del mundo no son las que se concentran en recibir, pero son aquellas que han aprendido y practican el principio de dar! ¡Las personas generosas son personas verdaderamente felices!
¿Por qué es tan importante el dar?
Dar, es una de los formas más importantes que Dios usa para trabajar en nuestro corazón. Dar, es una expresión práctica de nuestra confianza genuina en Dios. Dar, confronta la codicia y rompe las ataduras del temor. Nos ayuda a liberarnos del enfocarnos únicamente en nosotros. Las personas codiciosas o tacañas son personas con una mente y corazón muy pequeño. Una falta de generosidad es una muestra de la verdadera condición de nuestra alma. Las personas generosas son personas con un gran espíritu. Estas personas han permitido que Dios los estire y moldee para ser verdaderos canales de bendición.
Véase honestamente a usted mismo por un momento. ¿Qué tan generoso es usted? ¿Da usted regularmente y gozosamente a la obra de Dios? ¿Estira sus músculos de dar regularmente con nuevos retos que usted se hace para ser cada vez más dadivoso? ¿Estas creciendo como un dador? ¿Estas permitiendo que Dios trate con cualquier situación en tu corazón que está resistiéndose a ser dadivoso?
Algunas veces se nos olvida las cosas que desesperadamente necesitamos recordar. Esto es cierto cuando se trata de dar. Necesitamos consistentemente, recordarnos a nosotros mismo de la lección que Jesús nos enseñó por medio de Sus palabras y acciones, “Es más bienaventurado dar que recibir.”
Pastor Dale
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