Al terminar el Apóstol Pablo su segunda carta a los Cristianos viviendo en la ciudad de Corinto en Gracia, escribió estas palabras:
“Concluyo con estas palabras: Estén contentos, busquen su restauración, consuélense, vivan en paz y armonía, y el Dios de amor y paz estará con ustedes.” – 2 Corintios 13:11 (NBD)
Aunque hay muchas cosas que valdrían la pena estudiar en las instrucciones que Pablo da en éste versículo, enfoquémonos en una palabra muy simple. “consuélense.” Que mundo tan diferente sería si todos pusiéramos esto en práctica.
Hace poco mi esposa y yo estábamos hablando de alguien muy amada por nosotros. Ambos estábamos describiendo a esta señora como una increíble consoladora. Ella vive para consolar a otros. Sus palabras y tarjetas siempre son motivadoras, afirmadoras y que llegan a tiempo. Aunque tiene problemas y retos en su vida, ella nunca deja de comunicarse positivamente, consolando a otras personas. ¡Ella está haciendo lo que el Señor quiere que todos nosotros hagamos!
Aunque algunas personas pareciera que son motivadoras por naturaleza, todo creyente debería de desarrollar ésta cualidad. No es un don para algunos, es una decisión que debe ser tomada por todos.
¿Qué quiere decir el motivar a otros? ¿Cómo hacemos esto?
Una de las palabras traducida como “motivadores” en la Biblia sale de un termino Hebreo que quiere decir “alimentar y atender.” Era usado para describir a los pastores llevando a sus ovejas a buenos pastos en donde podían alimentarse hasta estar satisfechas. Los pastores “motivaban” a sus ovejas asegurándose que se nutrieran y fortalecieran.
De una manera espiritual y emocional, nosotros somos llamados a hacer lo mismo. Tenemos que alimentar a otros de maneras que levanten su fe, aumentar su confianza en Dios, a ayudar a tomar decisiones que los lleven a vivir los propósitos de Dios y creer en los planes que Dios tiene para sus vidas. ¡Somos llamados a motivar a otros!
Veamos otro versículo en el que Apóstol Pablo nos lleva a éste llamado de motivar a otros:
“Nunca empleen un lenguaje sucio; más bien digan palabras que les hagan bien a los que las oyen y los ayuden a madurar.” – Efesios 4:29 (NBD)
Tristemente, el lugar de motivar a otros, ¡muchos pareciera que tienen una habilidad única para desanimar a las personas! ¡No permitas ser así!
Todos somos bendecidos cuando se aparecen los motivadores en nuestras vidas. Nos recordamos de ellos y nos rodeamos de ellos. Los motivadores sobresalen de los demás, especialmente porque son tan pocos. ¡Decídete a ser parte de éste grupo tan especial!
Pastor Dale
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