Así como hay un mundo físico que podemos ver con nuestros ojos naturales, la Biblia nos enseña que también hay un mundo espiritual que nos rodea, el cual no podemos ver. Éste mundo está poblado con fuerzas espirituales. Ángeles que sirven al propósito de Dios en la vida de las personas. También hay seres malignos que se oponen al propósito de Dios. Y hay muchas batallas que están ocurriendo en el mundo invisible.
Veamos lo que el Apóstol Pablo dijo acerca de la batalla espiritual:
“Porque nuestra lucha no es contra seres humanos, sino contra poderes, contra autoridades, contra potestades que dominan este mundo de tinieblas, contra fuerzas espirituales malignas en las regiones celestiales.” – Efesios 6:12
Algunas veces, nos encontramos en medio de ataques espirituales. Sentimos la opresión de fuerzas malignas que no vemos, atacando y oprimiéndonos. Sentimos como que somos el punto de ataque en una batalla, como el blanco de la artillería de nuestro enemigo. Espíritus malignos que están tratando de derrotarnos y destruirnos.
¿Cómo ganamos batallas como estas?
El salmista aprendió como ganar en una guerra espiritual. Él descubrió que la victoria viene de Dios. Él experimentó como Dios intervino para ayudarle a ganar las batallas que él no podía ganar por si solo.
El Rey David dijo lo siguiente:
“Por ti derrotamos a nuestros enemigos; en tu nombre aplastamos a nuestros agresores.” – Salmos 44:5
Es muy importante que recordemos que Dios es la fuente de nuestra victoria. Hay batallas que solo Dios puede ganar. A pesar de que hay que pelear agresivamente los ataques de éste mundo invisible, pero muy real, solo Dios puede darnos el poder para vencer a éstos adversarios. Si bien es cierto que debemos pelear en batalla contra nuestros enemigos espirituales, sólo el poder de Dios, dado a través de la autoridad de Su nombre puede, y va a vencerlos y destruirlos.
¿Estas luchando una batalla espiritual hoy? ¡Dios viene a tu rescate! Párate firme en contra los enemigos tenebrosos de nuestra alma, invocando Su nombre, y confiando en el poder de Dios para ayudarte. Recuerda, Dios nunca a perdido una batalla. ¡Si tu te acercas a Él, puedes estar seguro que tu situación no va a terminar en una derrota!
Pastor Dale
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