A todos nos gustan los halagos. Todos queremos ser reconocidos y apreciados. Invertimos nuestras energías tratando de que se den cuenta de nuestros logros profesionales, acumulaciones materiales, perspicacia, habilidad intelectual y apariencia personal. Vivimos la vida queriendo y buscando palabras de aseveración y reconocimiento.
¿Cuales son las mejores palabras de halago y reconocimiento que usted le a dicho a alguien? ¿Cual es el mejor complemento que usted ha recibido?
Jesús nos dio la respuesta a éstas preguntas. Él nos recordó que las palabras más importantes de elogio que podamos recibir no vendrán en ésta vida. El reconocimiento que deberíamos anhelar y buscar llegará sólo cuando se acabe nuestra vida. Es el elogio que podría llegar cuando estemos frente a Él en eternidad para dar cuentas de nuestras vidas. Es una afirmación reservada para personas que han cumplido con ciertos requisitos espirituales en su caminar con Jesús.
En la Parábola de los Talentos, en Mateo 25:14-30, Jesús habló de tres hombres que recibieron de su señor talentos, dones y responsabilidades para administrarlos. Él les prometió regresar, y cuando él lo haga habrá una evaluación para cada uno de ellos de lo que hicieron con los que se les entregó.
Cuando el señor regrese él encontrará que dos siervos actuaron con sabiduría y responsabilidad y uno no. A los dos que cumplieron con las expectativas de su señor recibieron un simple pero muy poderoso halago y reconocimiento:
“Su señor le respondió: ‘¡Hiciste bien, siervo bueno y fiel! …’” – Mateo 25:21 (NVI)
Este halago contiene una lección importante para nosotros. Nos dice lo que Jesús considera digno de ser elogiado.
Si queremos recibir el mejor de todos los halagos de parte de Jesús, hay algunas cosas que necesitamos comprender como Sus seguidores:
- Jesús está viendo y evaluando lo que hacemos con nuestras vidas.
Démonos cuenta que Jesús no afirmo a las personas con un complemento “!Bien dicho!” o “!Bien pensado!” o “!Qué buenas intenciones!” No, Él dijo, “!Bien hecho!” No podemos esperar el escuchar las palabras “!Bien hecho!” de parte de Jesús a no ser que lo hayamos “!hecho bien!” La verdadera fe cambia nuestras acciones – lo que hacemos.
- Jesús está evaluando nuestra actitud en cuanto a servir. Observa las últimas palabras del halago, “siervo.” Ambas personas fueron elogiadas por su señor comprendieron y cumplieron con el llamado más importante – el llamado a servir. Ellos no vivieron para sus propios intereses, ellos vivieron para los intereses de su señor y los demás. Para obtener el mejor halago de todos, también debemos tener un corazón para servir. El servir debe ser nuestra motivación y placer.
- Jesús está midiendo la substancia y calidad de nuestro carácter. Encontramos dos palabras muy importantes en el halago que su señor le dio a estos hombres – palabras describiendo el carácter que ellos tenían. Estos hombres fueron “buenos y fieles.” La palabra que usó Jesús para decir “bueno” es la palabra Griega “agathos.” Que describe muchas cosas incluyendo “justicia, virtud moral, bondad y generosidad.” La palabra que Jesús usó para “fiel” es “pistos,” que se refiere a una persona con la que se puede contar, alguien que es considerablemente confiable, una persona digna de confianza que ha demostrado integridad y lealtad en su vida con sus relaciones y relaciones.
¡Para recibir el mejor halago de todos, el elogio que venga del mismo Jesús, también debemos de enfocar nuestra atención y esfuerzos espirituales en estas cosas!
Pastor Dale
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