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¡Manteniéndose en forma!

Todos tenemos momentos que nos recuerdan de la necesidad de mantenernos en forma. Puede ser una subida rápida de escaleras que nos dejan exhaustos o un día de trabajo en el jardín que nos deja adoloridos, pero el mensaje es fuerte y claro, ¡No estamos en forma!

¿Se ha dado cuenta lo fácil que es el no mantenerse en forma? ¡No requiere de ningún esfuerzo!  El no estar en forma es como comerse un pedazo de pastel ¡(o más, literalmente, muchos pedazos de pastel)!  Mantenerse en forma es lo que requiere esfuerzo.  Requiere disciplina y compromiso.

Así como nuestros cuerpos dejan de estar en forma muy rápido, de igual manera ocurre con nuestras mentes.  Malos hábitos en nuestros pensamientos, cosas malas que oímos y mala actividad mental, nos deja flojos, débiles, con pensamientos agotadores y malvados.  Y cuando nuestro pensamiento “se arruina” también nuestra vida.

Veamos lo que Dios dice acerca de la importancia de estar en forma en nuestra manera de pensar:

“Y sobre todas las cosas, cuida tu mente, porque ella es la fuente de la vida.” – Proverbios 4:23 (BLS)

“… piensen en todo lo que es verdadero, en todo lo que merece respeto, en todo lo que es justo y bueno; piensen en todo lo que se reconoce como una virtud, y en todo lo que es agradable y merece ser alabado… Y Dios, que nos da su paz, estará con ustedes siempre.   –   Filipenses 4: 8, 9

La Biblia dice que “nuestra vida está moldeada por nuestros pensamientos.” El “moldear” algo es “formarlo; el determinar la naturaleza de algo.”

Cada día, la calidad de nuestras vidas, relaciones y trabajo, está determinada por lo que permitimos que entre en nuestras mentes.  Quién y qué somos, como actuamos y reaccionamos está moldeado por nuestros pensamientos.

La formula es simple:

Buenos pensamientos = buena condición.

Malos pensamientos = mala condición.

Debido a que nuestras vidas están moldeadas por nuestros pensamientos, tenemos que, regularmente, inspeccionar qué y a quién permitimos que moldee nuestros pensamientos.  Tenemos que poner mucha atención a quién y qué dejamos que “se menta en nuestra cabeza.” Necesitamos establecer ciertas reglas que gobiernen las influencias que impactan nuestra manera de pensar.

Tristemente, muy pocas personas analizan los tipos y hábitos de pensamientos que tienen.  No entienden que la calidad de sus vidas mejorará bastante, sí entrenan su cerebro más cuidadosamente y controlan lo que ingresa en sus mentes más concientemente.

Tome tiempo y piense en la condición de sus pensamientos.  ¿Qué esta moldeando sus pensamientos y cómo están sus pensamientos formando su vida?  Haga el compromiso de moldear sus hábitos y salud mental.

¡Usted, recibirá bendiciones al hacer esto!

Pastor Dale