¿Alguna vez se ha sentido con ganas de darse por vencido? ¿Han habido momentos en su vida en los que todos los esfuerzos y energías que ha invertido no hacen la diferencia? Talvez usted se siente así ahora mismo. Es como si tu vida, carrera, finanzas o matrimonio está atrancado como llantas en el lodo. No importa que tanto usted trate.
Tiempos como estos son frustrantes. Secan nuestra esperanza y preocupan nuestro espíritu y alma. Y si no tenemos cuidado, nos pueden llevar al punto de darnos por vencido.
Jesús tenia algo que decir acerca de una de las cosas que promueven esta clase de frustración, falta de esperanza y preocupación en el corazón. Él trato con el asunto de darse por vencido en nuestras oraciones.
Estos son temporadas cuando pareciera que todas nuestras oraciones por algo o por alguien no están haciendo la diferencia. De todas las apariencias externas pareciera que Dios está ignorando nuestro clamor y peticiones. La energía que estamos vertiendo en nuestras oraciones pareciera un desperdicio o inútiles. Nada esta caminando y no hay cambios, a pesar de toda nuestra intercesión.
Cuando las situaciones en la vida parecieran estancadas, y nuestras oraciones se sienten que no producen nada bueno, somos tentados a darnos por vencido – somos tentados a dejar de orar. Cuando esta tentación llega a nosotros, necesitamos recordarnos de una enseñanza de Jesús. Sabiendo que habrían temporadas como estas para todos nosotros, Jesús nos proveyó con instrucciones especificas acerca de como manejar todo esto:
“Jesús les contó una parábola a sus discípulos para enseñarles que debían orar siempre y sin desanimarse.” – Lucas 18:1 (NBD)
Sin meternos en los detalles de la historia que Jesús uso, es de mucha ayuda y muy importante el enfocarnos en la lección que Jesús quería darnos. Su punto era que nunca dejáramos el hábito de orar y nunca perder la esperanza para recibir respuesta a nuestras oraciones. Comprendiendo que seremos tentados por lo que aparentará una falta de adelanto o respuesta a nuestras oraciones, Jesús dijo, “¡Continua orando!”
El termino Griego que Jesús utilizó en esta frase “nunca te des por vencido” es muy descriptiva y poderosa. Quiere decir, “el rehusarse a ser un cobarde; no perder nuestro empuje; el no desmayarnos o abatirnos; el no desfallecer; no dejar que el cansancio nos gane; no darse por vencido.”
¿Por qué situaciones estas orando que pareciera que no han cambiado? ¿Por quién has estado orando sin que hayan resultados aparentes? ¿Qué le estas pidiendo a Dios que todavía no ha ocurrido?
¡No dejes de orar! El atrasó no quiere decir que no. Dios talvez quiere que ajustes tus oraciones, cambies algunas actitudes o trates con algunas situaciones en tu vida, o simplemente esperar pacientemente por Su tiempo, ¡pero hay algo que definitivamente Él no quiere que dejes de hacer y es orar!
Pastor Dale
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