“El que tiene cuidado de lo que dice, nunca se mete en aprietos.” – Proverbios 21:23 (DHH)
¿Te has metido en aprietos por algo que has dicho?
Las palabras son motivo de muchos problemas en nuestro mundo. Palabras de enojo destruyen matrimonios y amistades. Los chismes crean luchas y divisiones. Las mentiras corroen la confianza. La adulación engendra falta de respeto. Insinuaciones producen desconfianza. Acusaciones nos ponen a la defensiva. Imprudencia y palabras insensibles producen heridas en el alma. “Conversaciones fuera de lugar” producen confusión y disensión. Palabras con odio rompen corazones. Amargura y palabras de resentimiento alimentan los pleitos. Blasfemia deshora a Dios y a las personas que Él creó.
La Biblia tiene mucho que decir acerca de nuestras conversaciones. Veamos lo que el apóstol Santiago escribió acerca de nuestras palabras:
“Todos fallamos mucho; y si alguien no falla en lo que dice, es una persona perfecta que puede dominar todo su cuerpo. “ – Santiago 3:2 (NBD)
“Lo mismo pasa con la lengua. Es un miembro muy pequeño del cuerpo, pero hace alarde de grandes cosas. ¡Piensen que con una pequeña chispa se puede incendiar un gran bosque! La lengua es como un fuego, un mundo de maldad. Es uno de nuestros órganos y contamina todo el cuerpo; y encendida por el infierno, prende fuego a todo el curso de la vida. El ser humano puede domar toda clase de fieras y las ha domado: aves, reptiles y bestias del mar; pero nadie puede domar la lengua. Es un mal que no se puede frenar y que está lleno de veneno mortal.” – Santiago 3:5-8 (NBD)
No hay duda de que “el control de la lengua” es uno de los más grandes retos que enfrentamos. También es una de las grandes ventajas que tenemos. ¡Cuando controlamos nuestra lengua, Dios la puede usar para poner al mundo de cabeza!
“La boca del justo es fuente de vida…” – Proverbios 10:11 (NBD)
Comenzando hoy, comencemos el proceso de mejorar “el control de nuestra lengua.” Asegurémonos de que la oración del Salmista sea tu oración todos los días. ¡Te ayudará a no meterte en aprietos!
“Que mis palabras y mis más íntimos pensamientos sean agradables a ti; Señor, roca mía y redentor mío.” – Salmos 19:14 (NBD)
Pastor Dale
Tweet